por Iñaki Etxebarria
Sólo necesito saber
que Iñigo se ha hecho hombre
y Maitane sigue bien,
que no me faltará el abrazo de Lucho,
que compraré una bici a Gandhi.
Puestos a pedir,
que saliera de mi oscuro gris
el arco iris.
Sólo necesito tener
un puñado de amigos fieles.
Puestos a sentir,
tu regazo en el atardecer,
oídos para no estar solo,
llegar a final de mes
sin deudas de fe,
envejecer a tu lado,
alguna llamada
por mi cumpleaños,
una pregunta doncella,
la sonrisa de mi vecina,
el olor de tu almohada
en la mañana
y tu mirada
almibarada.
Sólo necesito entender
que acabarán las noticias
y mi amatxo
aún seguirá entera,
mi aitatxo
en el cielo de los justos
y mis abuelas serenas.
Puestos a vivir,
volveré a alistar
en cada minuto,
mi montera,
seguiré gozando
en los mil pozos
de tu mirada buena,
templaré cadenas
y me inventaré
un millón de penas
para llevarlas a buena.
Únicamente necesito
todos los vientos,
agüita corriendo
en mi peor invierno,
mil pesos en el bolsillo
y el firmamento alumbrando.
Otra cosa no preciso
que melodías del paraíso
en tus ácidos reproches,
nunca verme lejos
de tus noches,
olvidar el fuego que abrasa
en la nevera
y el fuego que calienta
en algún poema,
apenas
más tierra
que la que me alberga,
el reconocimiento
que me regala
el tiempo,
un bolígrafo
y un papel,
música
y silencio.
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