ME ATERRA

Me aterran muchas cosas; demasiadas, diría yo.


Me aterran las pesadillas nocturnas, cuando hacen acto de presencia; de un tiempo a esta parte, tienen la desagradable tendencia a ser muy frecuentes.


Me aterra la oscuridad, no saber qué se esconde entre las sombras, y sobre todo, me sobrecoge la idea de hundirme en ellas sin remedio.


Me aterra la incertidumbre, no saber qué va a ocurrir, ser incapaz de discernir qué es lo que va a ser de mí.


Me aterra estar lejos de los míos, de los que quiero, de aquellos que deseo fervientemente que sean parte de mí; de mi vida...


Me aterra la soledad, abrir un día los ojos de par en par y encontrarme una luz radiantemente hermosa, cegadora... pero nadie con quien compartir ese éxtasis luminoso.


Me aterra no estar a la altura de las expectativas...


Me aterra entregar mi alma por completo, la idealización de mi sentimiento, mi enfermiza y patológica tendencia al romanticismo, mi miedo al sufrimiento.


Me aterra esta agradable sensación flotante que recorre cada poro de mi piel... no quiero que desaparezca, y deseo con todas mis fuerzas un final feliz.


Me aterran, sobre todo, los silencios.


2 comentarios:

  1. Querida Vilma:

    No sé qué decir, si te soy sincera. Me siento abrumada, en el sentido de que te hayas tomado la molestia de leer e incluir en tu blog mi humilde reflexión. Te estoy muy agradecida porque eso significa que te ha gustado.

    A la vez me siento avergonzada... eso lo escribí dejando que fluyeran los sentimientos... tiene muy mucho de autobiográfico, y en cierto sentido, es como desnudar mi alma. Pensé que no saldría del pequeño universo de mi blog personal...

    En cualquier caso, gracias sinceras por hacerme parte de tu interesante blog.

    Saludos,

    Catherine Heathcliff.

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