EL POETA MURIÓ AL AMANECER


“El jardín de Hespérides” de Frederic Leighton

Hoy tengo la necesidad de huir de esta vida

sin esperar respuesta,

sin buscar de tu mirada

la súplica impenitente

del "quédate" tan esperado.

Quiero huir de estos latidos insomnes,

de la angustia voraz que colma cada pensamiento,

de la cabeza abierta y el corazón partido

en tantos y tantos pedazos...

Quiero desaparecer y abandonar este largo dolor,

duelo de espadas clavadas

en el bosque salvaje de nuestros vientres.

Quiero marcharme como si estuviera muerta,

como si las ilusiones no respirasen y, al huir,

sin respuesta y herida,

lentamente abrir el alma y el cuerpo a los ojos,

a las entrañas palpitando en las sílabas contadas, sin ansia,

a las manos apresadas, sin prisa,

al viento mortal, sin destino.

Grito perdonándote la mentira de tu voz palideciendo

en el vacío del lamento,

apoyándose en la octava nube que he contado esta noche

multiplicada por millones de veces sin sentido.

Y tienes que perdonarme este ser mujer

en cada trampa como ésta.

Serena y buscando atentamente, detenidamente,

un lugar donde encontrarte a pesar de este dolor,

sólo puedo verte en el paisaje de un rostro inventado

en la espesura de esta muerte.

Mónica López Bordón




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1 comentario:

  1. No habia leido nada de este señor y me parece bastante bueno, voy a buscar mas por la red.
    Con cariño
    Mari

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