VOLO MI ALONDRA
Voló mi alondra,
azuzada por mi intolerable razón
y el espacio soberbio de mi conducta,
entona malherida en su partida:
verso triste y melodía final.
Voló mi alondra,
desguarnecida como al inicio
aún crédula y ahuyentada de condenas,
evidencia revocado resentimiento
¡Reclamo su perdón!
Voló mi alondra,
cargando la mención incómoda de mi nombre,
enrumbando rauda hacía el nidal de la reivindicación,
rastreando otro pajarillo… mejor que yo.
LUIS MANTILLA (LUMAN)
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