Al fin me decidí y logré poner en orden las palabras para hablarte.
Pude descifrar lo ineludible de tu muerte.
Encontré el justo equilibrio entre ayer y tristeza. Y entonces entendí
dónde has ido.
Supe que en todos los caminos, en cada grano de arena
tenés un pedazo de mirada.
Supe que sos gigante
Supe que creciste.
(No sé si vos subiste o Dios bajó, pero creciste).
Sé que somos vos, que sos anhelo.
Que cuando el sol se ponga rojo hacia la tarde, tus prodigios,
tan humanos, hablarán de vos bajo los cien paraísos de tu patio.
Que cuando el viento encuentre, por fin, su música
será por que vos lo has ayudado.
Es dificil de entender, pero he sabido
que algún día, al final
las estrellas escribirán tu nombre en un pedazo de cielo.
Daniel Frini
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Precioso homenaje a tu abuelo... me ha encantado!.
ResponderEliminarQué manera tan bonita y tierna de expresar ese amor.
Saludos.
Gracias, Rosa
ResponderEliminarTierno, profundo homenaje. Pones en carne viva, y se advierte en tus palabras, ese cariño entrañable que le tenías a tu abuelo.
ResponderEliminarTxerra
Un poema muy sentido, sin duda alguna. Para uno de esos amores irremplazables, que bien merecen palabras como éstas.
ResponderEliminarPrecioso poema. Sin duda alguna, escrito desde la geografía del sentimiento.Lucía Amanda Coria
ResponderEliminarHermoso poema que refleja nuestros sentimientos.
ResponderEliminarGriselda
palabras que solo las contempla el corazón y no la mente...
ResponderEliminarJulieta Pagliano
La nieta
Es difícil escribir un sentimiento cercano y entrañable de forma poética y que el poema no pierda la calidad cuando la emoción prevalece sobre la capacidad creadora, este poema rompe la excepción, es cercano, entrañable, dulce, y excelente en forma: lo califiqué como excelente.
ResponderEliminarMuy bonito muy sentido, algo digno para un ser querido.
ResponderEliminarMuy bonito, muy sentido para muy digno para un ser querido
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