Cuando florezca otra noche de sueños
estaré prendida a tu desdén con garras,
cocida del revés, pero firme en mi postura,
naceré junto a tus sueños rotos por mí
antes de saber que te amaría desmedidamente.
Se secaran las lágrimas perdidas allí, en tus ojos,
te robare otra vez el suspiro y la piel a besos,
secaremos el mar burbujeante con el fuego
que arde como antorcha y crece con furor,
tú sentirás que aún me amas, sin saber cuando fue,
nunca te diré que fui yo, la que un día te abandono.
Ahora es tiempo de perdones y recompensas,
de música y silencios bebibles a sorbos sin miedos,
nos hacemos parte de la soledad compartida,
y jugamos hasta alcanzar la dicha merecida,
nada nos alejara más que el recuerdo olvidado,
alejemos el tiempo un eterno instante para amar.
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