INSEGURIDAD


Por estas calles de maldad ornadas,
por estos precipios eclipasados;
el orbe recrea sus manadas
de injustas penas y dolores represados.

Ladrones hay en andenes estampados,
riñas en callejones sin salida.
En los espejos del soborno anidados
están tupidos, cacos de alma herida.

En una esquina vira la Esperanza;
el carterista la ataca cual presa,
hurta y le mata con mundana lanza
mientras su victima inactiva reza.

De muerte al cielo la entrega el malenate;
fueron cien pesos el pago al esfuerzo,
orando a Dios el asesino jadeante;
da gracias y dice: "Por fin tengo almuerzo".

Paco Tabares
TALLER LITERARIO ESCULTOR DE LA PALABRA

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