Estoy aquí parada en el umbral del desaliento
. No se como conciliar tanta acechanza de negatividad.
Me quiero incorporar
pero la angustia me aplasta inexorable..
Siempre tuve la energía necesaria
para paliar circunstancias aciagas
pero, hoy siento que me desplomo
, como esos edificios sólidos,
que caen con la fuerza destructora de un terremoto.
. Es que esta dolencia espiritual que me invade,
es más devastadora que la decrepitud física.
Difícil de superar esta suerte de debacle
que mina el equilibro de mi estado emocional.
La desesperación se traduce en pulso acelerado
, transpiración abundante… taquicardia…
necesito que alguien diagnostique esta enfermedad,
que supongo, del alma.
Todo me aflige, me impacienta, me desespera,
percibo que me falta el equilibrio emocional,
todo me espanta, me produce miedo, angustia.
Siento temores que antes no los experimentaba.
No tengo quietud, Me falta paz.
Sólo Dios con su infinita grandeza
se transforma en el remanso grato, para tanto sinsabor.
Mis plegarias están pobladas de desesperación
aunque que van insuflándome paz
y es ahí en ese interior reposado, tranquilo,
donde finalmente descubro que mi encuentro con Dios,
ha sido la meta más fructífera, más rica en logros y realizaciones que cualquier otra conquista que yo haya logrado en mi vida.
¡Mi encuentro con Jesús!
esa maravillosa experiencia de ver con ojos de AMOR
cualquier vicisitud, penuria, o carencia .
Es encontrar la luz, el camino allanado,
la senda más clara
y la brisa, más suave de la paz interior.
Lucila Soria
lucila_soria@yahoo.com.ar
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excelentes sentimientos.
ResponderEliminarMaravilloso poema.. que lindo es pasar a leerte siempre..
ResponderEliminarGracias por entregarnos estos magníficos versos..
Un abrazo
Saludos fraternos..