Pobrecita niña con sueños e ilusiones,
Un día fijaron tu sonrisa,
Desbarataron tu futuro,
Destruyeron tu cuerpo.
Te plantaron en el desierto.
¡Cuánto dolor pasaste!
Este País de Ramón López Velarde
Se convirtió en un gran cementerio...
Le tengo que contar al Emperador
Que ahora el loro ya no canta...
Menos el Quetzal y el Tzentzontle,
Ya no más primaveras para ti,
Apenas viste trece.
Pobre chiquilla, con tus sueños rotos,
Te has ido con dolor,
Con llanto y conociendo la perversión humana.
¿Hasta cuando se detendrán? No lo sé
Ni mi patria ni la humanidad te ven,
Ni a ti ni a mí, ni a nosotras.
Te encuentras en el lugar más recóndito de mi conciencia,
Ya te olvidamos,
Y sólo te recordaré cuando otra niña te traiga a mi memoria.
ANA MARÍA PONCE MARTÍNEZ
06-09-11
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La humanidad cerro sus ojos, tapo sus oídos, coció sus bocas y dejo a la indolencia apoderarse de su entorno dejando solos a aquellos a las victimas del olvido...
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