De repente
me encuentro
en medio de la naturaleza.
Escucho sonidos
de agua en los arroyos,
piares interminables,
amores del bosque,
sueños del bosque,
placeres del bosque
Allí estoy parado, escuchando
sonidos magníficos, nobles,
excelsos, soberbios, fantásticos.
Estoy aquí, rodeado de frescuras,
de suaves aromas
a pinos silvestres, eucaliptus,
flores de bosques
de tonos brillantes,
coloridos espacios de luz
tonos de paz y ensueños.
Un arco iris de pasión
de sosiego, de placidez y reposo.
Acá, estoy en medio
de la grandeza,
de un sueño profundo,
incomparable, formidable,
inmenso, fastuoso.
Una voz me llama
no sé de dónde,
me proclama,
me arenga
y pregona…
¿es el cielo?
¿Es la vida?...
Sí, es la vida,
me dice,
y vivo, estoy, persisto,
amo, exalto, venero,
estimo la vida y el amor.
Estoy, solo yo estoy,
soy yo, advierto,
y la poesía que vive
y me rodea,
me libera de estructuras,
me irradia, me proyecta,
no hay rimas, ni sílabas, ni conteos,
soy libre como el viento,
descubro la paz,
la verdadera paz,
la libertad más absoluta,
mi interioridad expuesta
me entorna…, me trastorna,
me eleva y ensueña.
El sol y sus rayos
se manifiestan irrenunciables,
furtivos entre el verde follaje
Iluminan tenuemente
como advirtiendo su maravilla,
proclamando su belleza,
entregando su frescura.
Es la naturaleza y su impronta,
es la vida misma, lo real,
imperecedero y valioso de la existencia.
No pidan más, es lo simple
lo humilde, la felicidad misma…
Abrácenla, gócenla, es todo,
lo demás es cuento.
12/07/09
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