Siento en mi pecho un lamento
que revuelve mis entrañas,
encierra el reproche
de una vida con saña,
sin fe ni esperanza,
aquí, en mi vieja Buenos Aires.
Es el llamado de mi historia
de mi bendita y lacerante historia
que estremece heridas
y las cerca, y las agita
como queriendo hacerlas presente
a cada instante, en todas partes;
sinónimos de la vida,
presagios de indolencia,
rejas de censura,
de penas y amarguras,
de ruegos y entramadas.
Son pesares de mi tierra
de su tradición y de sus fábulas,
rayos furtivos de esperanzas,
de tímidas andanzas,
de sueños y añoranzas.
Mi existencia,
unida a mi soledad,
envuelta y sin falsedad
que rige mi destino
mi vida, mi sino.
Presente, siempre presente
como castigando e irreverente
estoy enlazado a mi ruta,
como queriendo volver
siempre volver,
atado y acosado
por mi eterno pasado,
mi suplicio y mi nostalgia,
lo transitado que me lleva
hacia un tiempo que añoro,
que pienso y que lloro
y que suplico sin pudor,
un tiempo que es hoy
sin nombre, sin pena
sin lapsos, sin gloria,
pero allí presente
siempre presente
impulsando mi vida,
atosigándola, aprisionándola
fastidiándola y sin embargo
enamorándola
23/08/09
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ni modo, pa'lante!!!
ResponderEliminarabrazos.
Un poema cargado de nostalgia pura. Excelente!!!
ResponderEliminarUn placer leerte.
Saludos.
Reltih, gracias por pasar. Cariños
ResponderEliminarSalvadorpliego, gracias por dejar tu mensaje. Realmente es un poema con mucha nostalgia y bien porteño. Saludos