MEDIDAS


Entre la luz y las sombras…
Un parpadeo.
Entre un suspiro y otro…
Un respirar, un latido.

Entre la caricia estremecida…
Tu piel en la mía.
Sobre la noche y el día…
Tu sonrisa, que hice mía.

En tu sonrosada mejilla…
Una lágrima se desliza.
No es llanto de amargura…
Es felicidad infinita.

No hay noche fría…
Si tu calor me cobija.

Entre la luz y la sombra…
Tan solo un segundo,
De eternidad infinita,
Un parpadeo, una sonrisa.
Una lagrima que desbordan mares…
Un latido que estremece montañas.
Tu alma y la mía.

Reme Gras.



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DESAMOR



Falto de amor y maternal cariño;
cargado con sus penas y sus trapos;
cubierto con sus míseros harapos
va entristecido y delicado niño.

No supo lo que fue cuna de armiño
ni la delicia de los verdes campos;
sólo a la débil luz de tristes lampos
pobre mujer  le arrulla en su corpiño.

Al cierzo helado de la noche oscura
sobre la  acera enmugrecida  y dura,
su cuerpecillo sucio y macilento

clama a la madre que lejanamente
en medio del placer y del contento
ya se ha olvidado de su hijo ausente.

Antonio Marín E.



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“LA MARIMBA AFRICANA”




En donde el lirio narra la nueva era
Y el mes florido,  mayo exuberante,
la preciosa  Amatitlán es  calmante
en mi tierra que siempre es primavera.
 
 Hechizo musical de la remera
esa marimba de acento danzante
el  Hormigo que sereno tonante
con su voz misteriosa de madera.
 
Cuentan sus teclas  la historia morena,
que cruzo mares  tras rudos labores                    
toda esperanza se perdió en la arena…
 
Busca libertad, aliviar  dolores
con  su música  mitigar su pena
Y  en el coral herido…  sus  amores.
 
 
Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
“Hombre de Maíz” Guatemala, C.A.
 

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LUCÍA



En el desván:

Inclinada en un rincón,
las mejillas tiznadas de distancia
y arrugado ropaje,
la encontré.
Mi primera muñeca,
la que dejó Melchor
en mis zapatos,
cuando mis cuatro años
miraban asombrados
un milagro de amor.
La bautice Lucia
y la acuné en mis brazos.
Después,
el tiempo fue pasando
y la olvidé.
Quizás,
mi adolescencia
había descartado la inocencia
para buscar caminos mas osados.
Cuanta distancia desde aquel entonces.
Cuantos silencios escondidos en las sombras.
Cuantos eneros pasando por mi vida.
Cuantos recuerdo, cuantas despedidas.
Hoy:
añoré su rostro fabuloso
y corrí hacia su encuentro.
Me miró, temblé, no era la misma,
había dolor en sus ojos amatista,
mientras un rayo de sol acariciaba,
a una lágrima que lentamente resbalaba
dejando a en sus mejillas, implacable,

¡¡¡Las señales que el tiempo no perdona!!!

Lydia Raquel Pistagnesi

Del libro “Destino de Gorrión”

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YO SOY LA NIÑA DE TUS OJOS



*YO SOY LA NIÑA DE TUS OJOS*
 (Guárdame como a la niña de tus ojos) Salmos: cap 17 vers 8 (La Biblia) 

Cuando nadie aún a mi me conocía
Y simplemente yo era una semilla
ni identidad ni nombre yo tenía.
solo era una palabra, una apostilla.


El vientre de mi madre me mecía
Y en ese río manso de dulzura.
Esperando llegara ese gran día
comenzar de la vida esta aventura.

Allí era ya, la "Niña de tus ojos"
Y oía que tu voz me susurraba.
Te cuidaré y  mimaré tus antojos,
por que tú eres, "La niña de mis ojos"

Me pusiste nombre, y me amaste tanto
que sin duda no amarte ¡No podría!
Te alabo Señor,  te ofrezco mi canto
Ya que  tu eres mi encanto, y mi alegría.

Aunque muchos que me leen no entiendan
Que deposite entera mi confianza.
A un dios de barro muchos se "encomiendan"
Pero sólo TÚ eres mi esperanza.

Por que yo soy "La niña de tus ojos"
Yo viviré ante ti, puesta de hinojos.

Libia Beatriz Carciofetti // Argentina
Derechos reservados Nº 452298



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UN POEMA PARA GABRIELA




Conozco una buena chica a quien amo de verdad.
Ella es Alma pura, limpia, inocente.
Su hermosura es simple y continuada,
ella también me ama llanamente.
Gabriela mi eterna amada,
ni la distancia nos ha podido separar.
¿Recuerdas aquel poema que una tarde te regalé?
En él te di mi vida, mi entendimiento, mi corazón.
Te di todo lo que un hombre esta dispuesto a dar por un amor.
Eres Alma de mi Alma Gabriela Torres,
eres mi Buenos Aires, mi Rio de la Plata.
Eres más que mi Alfonsina y sus poemas,
mi Jorge Luis Borges y mi Cortázar.
Eres mi Tucumán, mi región Andina
y eres también mi Patagonia,… ¡ Mi tierra Santa!
Te amo tanto Gabriela, por tu rostro sereno,
por tu esbelto talle, por tus ojeras,
por tus manos, tus detalles.
Eres irrenunciable como las Malvinas,
eres también noches serenas,
lo mejor que me a pasado en esta vida.
Eres el mejor de mis poemas…!



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