A los ochenta y cinco años
se ha vuelto un niño.
Se emociona
por cualquier pequeño gesto
por un retorno de los pensamientos
a los amigos
de otro tiempo
a las horas felices,
a los momentos más verdaderos,
a los años más negros,
por un recuerdo triste,
por una alusión,
por un silencio.
Lo conmueve una buena película
e incluso un anuncio logrado.
Como un niño
se pone melancólico
si es desatentido.
En el eterno
alterno recorrido de la edad,
círculo misterioso,
en el hijo,
y quizá en el nieto,
sueña con la figura del padre.
Amerigo Iannacone nació en 1950 en Venafro (Molise, Italia), donde reside.
Entre otros libros, ha publicado: L’ombra del carrubo, Semi y Oboe d’amore.
Traducción de Carlos Vitale
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