LAS DOS CARAS DEL DÍA DE LOS REYES MAGOS

Ya llegando el seis de enero con la ilusión renovada
de poner lo zapatitos cuando la noche llegara,
la inocencia de ser niño, la carta que fue entregada
poner pastito y el agua, que a los camellos dejaba
esperar toda la noche. Y madrugar sin protestas
para ver los regalitos que los reyes nos dejara.

Ya me olvidé de la carta, de lo que había pedido
son tan lindos los regalos, que me emociona tocarlos
de pensar que por la noche, en silencio lo dejaron
y yo que estaba despierto, no pude verles la cara
Pero el pasto lo comieron y el agua se la llevaron.

¡¡Que buenos los reyes magos,
cuantos regalos dejaron!!


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.



Yo quise poner zapatos, pero no los encontraba,
solo tengo zapatillas y están un poco gastadas.

Me cuentan que a veces pasan para dejarnos regalos,
por aquí, yo no me entero, si pasaron o se fueron.

Los chicos no dicen nada, ni ponen las zapatillas
me cuentan que en estos barrios, donde casi no hay trabajo
que vivimos de cartones de botellas y otros trastos
que juntamos con el carro, con mi papá y mis hermanos
que a los reyes no les gusta, por eso pasan de largo.

Entonces yo me pregunto, ¿será verdad lo que dicen?

Igual yo voy a ponerlas, por si acaso se arrepienten
y me dejan un juguete, para jugar con mi hermano.

Igual escribí una carta, a escondidas, con dibujos
la pondré en las zapatillas, espero sepan leerla
Con mis seis años apenas, escribo pocas palabras
ya que a la escuela voy poco, por los cartones, y el carro
hay que ir todos los días, para comprar la comida.

Les pedí, le den trabajo, a mi papá, estos Reyes
que cuentan todo lo pueden, y dejemos de ser pobres
para vivir sin cartones ni botella y sin carro.
Poder ir a la escuela junto con mis hermanos
ser un niño como otros, con sueños, vivir soñando

María Rosa
4-1-10

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