En Baden Baden o en Wiesbaden,
donde amó la ruleta Dostoievski,
ahí estuve en mil
ochocientos sesenta y pico.
Aún lo veo al ingenuo de Fedor
perder hasta el pasaje de vuelta a Rusia
y me veo a mí mismo, ilusionado,
perseguir infames mariposas.
Es que vengo haciendo en muchas partes
vida de iluso,
soñando con aves del paraíso
y perdiendo las plumas.
Sin duda que el eximio novelista,
jugador extremoso,
seguirá todavía en Baden Baden o en Wiesbaden
(tal como lo dejé)
luchando a pie juntillas contra los numerosos
caprichos de la suerte.
Por eso le remito este mensaje hoy
para que venga a ver mi última martingala,
tan bonita,
que si no anda inventaré otra.
Vendrá por descontado el amigo Fedor
a que juguemos juntos, porque le gustaba mucho
colgarse en los precipicios y sacar la lengua.
Autor: Jorge Leonidas Escudero (de su libro “Los Grandes
Jugadores” El Cero y 36 Poemas Vecinos, sin sello editorial,
ciudad de San Juan, provincia de San Juan, la Argentina, 1987)
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