pero no
yo no quiero esa tristeza
que deambula entre los dedos
hasta dejarme
a contrapunto del infierno
quiero gritar
desde este espejo de arena
que ha invadido
el sueño fatal
de mi tarde sin presagios
hasta el ayer
se hace carne para cuervos
cuando el cielo no alcanza
y la voz es un hilo dulce
pero distante
habrá que apostar hasta los ojos
para que nadie nos embarre la memoria
y el exceso de agonía
establezca al fin
su condena de ave mutilada
Ev Arroyo
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