Sin paraguas,
El otoño me hace sentir
Cada hoja que cae sobre mi cuerpo,
Golpeando el verde esperanza
De la primavera que fue
Y el frío implacable del invierno
Que parece decidido a
Apoderarse de mi ánimo.
Mis pasos firmes,
Mí mirada adelante
Y de repente,
Miro el cordón de la vereda del frente.
Paralela a mí otoño,
Cerca, muy cerca,
Pero lejos muy lejos en realidad,
Veo la vida de Almas pasar,
Que se despiden
Dejando su materia allí nomás,
En el cordón de la vereda del frente.
Es difícil explicar,
A donde voy,
A donde vamos,
Lleno de energía,
Pero que enfría las Almas que se van
En el cordón de la vereda del frente.
Y sin pensarlo, las hojas del otoño
Que están por delante de mí,
Se deslizan como nubes de algodón
Cubriéndolo todo,
Sin mirar el cordón de la vereda del frente.
De repente,
el aroma de café me devuelve,
Había salido de un cuento,
Del interior de mi Alma,
Viajé no se porque ni adonde fue.
Saboreo mi café
en el bar de la esquina de siempre
Y miro
El cordón de la vereda del frente,
Muchos niños con barquitos de papel,
Juegan felices bajo la lluvia.
Salgo a caminar mi norte,
Sin paraguas,
Las gotas de lluvia,
Golpean mi cuerpo,
Que majestuoso,
Que energía
No hace frío,
Es primavera.
Hector Daniel Camilatti
hdc1607@arnet.com.ar
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Muy hermoso escrito es lindo en verdad!
ResponderEliminarUn saludo.