Torrente de agua dulce
en sabanas verdecitas,
y ese olor a tierra mojada
que las ganas despierta,
de montar una buena potranca
con la ropa ligerita.
Galopando llanuras,
ondeando al transitar cabello suelto;
con el viento en la cara
en explanadas a cielo abierto.
A orillas del río crecido,
sumergirse de cuerpo entero,
mojando la piel en agüita clara,
reblandezca cuerpo ligero.
Al unísono con el viento
cual Amazona remolineando,
despojarse del vestido,
reminiscencia y sentimiento,
entregándole a las aguas,
el más dulce de los tormentos.
Corazón de mujer
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Qué cabalgata sobre versos la que experimentan los sentidos una tarde de tibio sol si como en expedición a un mundo sensorial, libre y seductor se dejan conducir por el ímpetu cantarino de vuestra poesía. Amazona armada de cadencia e imágenes sensuales que liberal al viento tu canción galopando al infinito, tras una estrella, do conquistes los sueños todos, así se me presenta la poetiza y su poesía entre tanto al mundo de sus letras la esencia se sumerge y de su música se baña.
ResponderEliminarCuánta natural belleza estimulando, penetrando ojos, piel, olfato, lengua, oídos brota en tres distintos manantiales de esta obra que la tempestad calma; como un momento luminoso en la eternidad detenido y desde un mundo nuevo proyectado.
Encantadoramente magistral, bellamente conmovedor.
Os envío un fuertísimo abrazo, mi querida amiga Lenys, Caraqueña de rojos y azules.
Daniel