LAS MANOS DE MI MADRE


Como añoro el bulevar
donde mi madre solía
llevarme a conocer
la belleza de la naturaleza
y gritar duro, cuando se mecía
el columpio al compas
del vacío que dejaba
el regreso a la realidad,  

Las manos de ella,
 en aquel tiempo,
me hacían suspirar;
sus  dedos largos
con sus blancas uñas
perpetuaban mi soñar.

Su roce tierno me aferró
 a la vida con sus caricias
y son esas manos de mujer
las que yo quiero
las manos que yo adoro

Las manos de mi madre
son manos arrugadas,     
las más humildes,
ornadas por pecas de ternura
de tanto trabajar.


Cuando estuve triste
de angustia y de soledad,
me secaban las lágrimas,
me limpiaban el sudor;
eran manos adorables
llenas de candor.
las manos de mi madre
que me enseñaron a soñar

 Y en natividad me paraba
frente al árbol iluminado,
que en el centro del bulevar
me llenaba de emoción;
pero el árbol como ella
se fueron y el bulevar
se volvió polvo como se volvió
mi triste y angustiado corazón,  

Todos se fueron
en tu viaje final
yo me senté en la banquita
a encadenar recuerdos
bañados por mis lágrimas de angustia
y frente a las murallas
de Getsemaní vi a las gaviota
llevarse mis lágrimas
 al más allá.


Gustavo Leal



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