CRÓNICA DE UNA RECLUSIÓN


Ahora en las noches son infernales

la soledad afectiva, un abismo

y el tiempo una cruz de piedra.

Ya no soy el inmortal que creí ser

todas las que amé desaparecieron

y las esperanzas duermen

en las cavernas con el desaprecio

Estoy hastío de pensar

de levantar piedras, de hacer camino

No sé si soy un sobreviviente del amor

o si soy un simple zozobrado en el desastre

un perdido, un fracasado, un encallado.

Siento repugnancia por todo lo que veo

Un inmenso fastidio por las mascaras

Nauseas por lo que escucho ¡Asco!

del carnaval de los insignificantes

¡El amor naufragó en el olvido!

El criterio de los insectos me es indiferente

Las palabras de amor se arrastran

como eclipses del canto de los cuerpos

o el cansancio que se apodera de la mirada

¡La sonrisa esta ausente, el canto de la poesía!

¡Habito un mundo dónde no se siente la vida!

HECTOR CEDIEL “ EL PERRO VAGABUNDO”

hcediel@yahoo.com



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