AMBIVALENTE


He de vivirme como un fruto de dos ríos amantes
He de vivirme como un holocausto imperdonable
Una libertad imprescindible
Y una prisión irrenunciable

He de vivirme como espejo y reflejo
De mis dias y mis noches impresionantes
Del candor al daño eterno
Haciendo afortunado el experimento de amarme
Haciendo maldición el deseo de odiarme

He de vivirme en soledad y en alegría
En pincelada color y en carbonilla
En foto congelada o en video
He de vivirme en sueño o pesadilla

Interminable como un hilo de Ariadna
Una búsqueda asistida en el Laberinto
Un viaje en barco atada al mástil
Sin ahuyentarme el cansancio y la fatiga

He de vivirme y de morirme
Cada madrugada
Entre el naranja de un naciente
Y el añil crepuscular de la nada

Yo también soy un vástago ciego de la noche
y me descubro avanzando a tientas
entre rutinas y estrellas desvencijadas.

Por eso intento entender el lenguaje de las olas
El de los pájaros y el de las mujeres
Que aún en su silencio, cantan
Y mi himno es impertinente
con el dolor que me escurre en el alma.

Sé que el amor a veces se vierte en rosas
Y otras triste, se tiende y agoniza.
Ahí no hay madera al rescoldo de mis días y
mi corazón es la morada más grande que conozco.

Marisa Aragón Willner

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1 comentario:

  1. Hermoso poema me ha gustado mucho*
    escribes muy lindo ...
    Un beso y un saludo hasta luego.

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