De Astul Urquiaga
Ya tengo el río en esta noche pura
junto a una compañía que no pierdo.
Ya siento su murmullo cauto y lerdo,
aguas debajo de la orilla dura.
Y viene a la memoria esa locura
de un corazón ardiente, y su recuerdo
viene a quedarse por mi lado izquierdo,
solo, en la noche, como boya oscura.
Y luna adentro el río estremecido,
vagando a la deriva de otro suelo
llora a mis pies por el costado ardido.
Una gota de luz le hace un hoyuelo
tiembla en su onda, el río se va herido.
Ya forma parte de mi desconsuelo.
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