UN DÍA ESTUVIMOS A PUNTO DE SER FELICES, MUY FELICES...

Un día estuvimos a punto de ser felices muy felices
Alrededor parecía haber gente igualmente feliz
Y planeábamos unos días con la angurria de quienes no
Se han querido lo suficiente y como si se pudiera hacerlo
En el mapa poníamos itinerarios imaginarios que –obviamente
Obviamente- postergamos esa semana y la siguiente y el mes que
Siguió y también en los meses que siguieron olvidamos como para
Que no hubiera insensatos motivos de discordia.

Teníamos muchas ganas de ser felices así como ese día o ese momento
Nos pareció que podíamos si lo intentábamos y si algún imponderable
De esos que ocurren con la certeza de trueno o el dolor de una varita
Cuando se es niño
Y es el redondo mundo entero lo que duele

Más bien se trató de una filtración más bien, y de repente
Cuando dejó de atiborrarnos la desdicha su falta de presión
El acostumbramiento a la vida feroz o la distracción
De las tantas cosas que nos pasan todo o algo hizo que
Creyéramos que casi estábamos a punto y que también
En adelante y para siempre se abriría la enorme puerta
Y ancha sonrisa daría una vida como debe vivirse sin apuros
Y con gente que ningún apuro tampoco alrededor y que
Aflojada, como por lucir alguna luz, sonriera –válgame el cielo todo-
Y fuera así de aquí para allá con un estandarte de sonrisa

Sabíamos que todo habíamos perdido que nuestros muertos eran
Y sería rigurosamente nuestros muertos pero a pesar de todo
Desconsoladamente perdida la ilusión estábamos uno frente al otro
A solas y sin chance como para abrazarnos y ponernos de pie
Y llorar felices como nunca

Carlos Alberto Roldán
 
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