LOS SUEÑOS



Con los ojos bien abiertos. Arriba el entendimiento.

Muy claros los pensamientos. El corazón, en la mano.

Con gestos claros, precisos. La voluntad, en la cima.

Planea bien la consigna haciendo lo que conviene,

empezando por ti mismo. No le temas al abismo

si tomas las precauciones. Depende de tus acciones

lo que logres mientras sueñas. Una caída, te enseña.

Nunca maldigas. Sí, ruega. Si algo necesitas, pide.

Si te sobra, bien reparte. ¡Cuidado! Nunca te apartes

de la ruta más segura. Ve quitando las malezas.

Y en ése lugar conviene que plantes, tranquilo, un árbol.

Aún que sea lento el ciclo, siempre tendrás beneficios

cuando sus frutos te brinde. Así tu tiempo termine

antes de verlos maduros. Hoy, aquí, yo te aseguro,

en el mejor de los casos, los tendrán tus propios hijos.

O los hijos de tus hijos, que también fueron proyectos

que cumpliste en el camino. Preocúpate por la entrega

que hagas a tus proyectos. Ponles mucho, mucho afecto,

que solo los arriesgados son los que siempre han llegado

a concretar sus anhelos. En éste caso, los sueños.

Hazlos realidad tranquilo, seguro, con optimismo,

sobrio, lúcido. Y, por cierto, recuerda para tu bien

y también el de los tuyos: Es verdad de Perogrullo:

“Los sueños que más se cumplen,

son los que sueñas despierto”.

Ricardo Arregui Gnatiuk

Córdoba, Capital, 6 de febrero de 2009.-


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1 comentario:

  1. Buenisimo Ricardo, tengo de los dos sueños, y soy optimista estoy segura que los voy a lograr.
    Me gusto tu poema.

    Saludos y feliz día del padre.

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