Llegará el día que los remeros del ocaso
lleven mi barco por el río del olvido,
dejando en cada remanso de él un sueño,
una ilusión por la que tanto tuve que luchar.
Llegará el día que el señor de los recuerdos
me quite sus favores y mande a su amada
a morar en mí casa, y uno a uno de mi memoria
salgan, dejándome vacío, sin pasado.
Llegará el día que mi cuerpo siga vivo,
y placidamente espere a la gran dama negra
que dulcemente me lleve a jugar a la eternidad
y no me duela la partida de este puerto.
Llegará el día que vea a mi hija y sea desconocida,
que mi amante sea para mí una mujer nada más,
que toda mi vida se hayan quedado flotando
en los remansos del río del olvido.
Ese día gran dama negra, llama a mi puerta
ese día gran dama…partiré gustosamente contigo.
Paco
16-06-09
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Un momento para muchos difícil, pero lo haces bello hermosamente redactado en un poema precioso, me encanta esa forma tan sublime de ver ese paso a la otra ribera. Me gusta. Un abrazo.
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