cualquiera puede estar bajo el yugo de las tormentas
cualquiera
pero no cuando interfiere
con la tácita alegría que invade un nuevo día
o con la luz temeraria que atraviesa la memoria
no
cuando amenaza a los sueños con su crepitar de agua
o intenta apagar el fuego con su soplo de barro
en las tormentas
se siembra de sombras el corazón inocente
y las plumas de los ángeles se adhieren en la piel de los culpables
en las tormentas
se desordena el viento si tomas mi mano.
Susana Cordisco
scordisco1@yahoo.com.ar
San Nicolás de los Arroyos.
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