mi pieza es tan pequeña, tan pequeña
que el sol y yo no cabemos juntos,
para moverme unto los muros con vaselina,
si quiero darme vuelta debo salir primero,
dar vuelta afuera y volver a entrar,
si me suicido me pego un tiro en el pie
y si devoro un pan –cuando me toca-
al abrir los dientes penetra la ampolleta
con toda su luz, mastico hasta mi memoria
entre horrendas convulsiones, contuso, finado casi
expiro un humo lila, un milenario olor asado.
En realidad no necesito espejo, me veo en cualquier
ángulo,
hubo un intento de amor, no enroscábamos
por absoluta imposibilidad geométrica,
duermo parado en una cruz con hebillas,
salgo a la calle aullando a cuchilladas,
descolgando a mis vecinos, invitándolos
a una gran carnicería.
Del poemario “SANGRAL AMÉRICA” del argentino
Julio Huasi (Colección La Honda, Ediciones Casa de
las Américas, La Habana, Cuba, 1971).
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