solo en el arrullo de los zumbidos
encontré mi silencio interior.
en el juego de frases
en la inocencia del no saber
en los grises y negros pútridos del Riachuelo
espejo no vidente.
En la muerte
un paso más de la vida.
En las burbujas locas
creadas
a través del silencio
dentro
de las capillas del alma.
Escondida entre los pliegues del silencio
aspiro el ladrido de los perros
el olor de la tierra mojada
el calor de mis manos
agujas que pinchan
dedos deformes
mariposas amarillas
hambrientas
heridas
no pueden volar sobre ese silencio
dueño de mi noche.
Cuando dejo el alma a la deriva
la interminable fatiga de vivir
me adormece.
No registro la brisa.
Los ruidos me aturden
ahogan desde el miedo.
Una incesante ola de dolor
recorre mi tiempo y el mundo.
Desde las sombras
en medio del silencio
comienzo a escribir.
Y en la desesperación del silencio
escribo
condenada al silencio.
Alicia Danesino
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