En la niñez son
la travesura, los celos, las muñecas.
El juego de la
rayuela, el revuelco veraniego en el
pasto.
Nuestras
víctimas, los varones. Noches de
cuentos, asombro
Seres
monstruosos, bellísimas hadas.
Quejas, la
denuncia ante los padres,.Una traición, un desaire,
La rotura del
juguete más amado. Pero que estén ahí… ahí…
Todos los días.
Son burbujas de
jabón, globos de colores, regalos,
La torta de
cumpleaños, toda, toda la infancia
Amigas, amigas,
jamás olvidadas.
En la primavera,
cuando florecen las rosas, son los
pétalos,
el perfume que
te toca
los sueños
compartidos, íntimas confidencias.
¿Y por qué no?
Un dejo de envidia por la forma de la boca
El rubio cabello
lacio o el despertar sexual
que a los
jóvenes provoca.
¿ Para qué sirven mis besos, mis tacones altos, mi
pollera corta?
Si no está ahí, la amiga, que comparta, que lo
viva
como si no estuviera
loca.
Al acercarse el
otoño vamos tejiendo alfombras para transitar
menos solas ese sendero dorado por el que
caminamos.
Hojas sienas,
hojas ocres, hojas rojizas crujientes ante la presión
de la vida al lado de las amigas.
La que está
lejos, la que está cerca, igual es oro. Oro disperso
en la espesura
del bosque.
Recuerdos,
presencias, andar y desandar. Tristezas, despedidas,
nacimientos, renacimientos.¡ Compartamos la
risa! ¡ Alocada risa!
Cuyo sonido
recuerda antiguas jóvenes voces que van huyendo presurosas,
como hojas danzantes hacia el arcón de la
soledad.************
DEJA TU COMENTARIO
Qué bonito poema!! Con qué pinceladas os traslada a la experiencia vivida, en que las amigas forman parte importante de ella.
ResponderEliminarBesos
Gracias Mercedes, hermosas experiencias de la vida. Ana María
ResponderEliminar