para correr la oscuridad que asalta y deja pasar al vértigo
para los ajenos/ los mundanamente amados
desde esa simpleza yuxtapuesta a la simpleza ulterior
para espantar los cuervos, hijos fatales de la duda
cuando no existe más que una pared en llamas
-un instinto tan mío forjado desde siglos andrajosos-
las malas palabras hacen de la voz una lección de geografía
los malos augurios frutos del desamparo
llevar la vestidura amarga con un surco de señales
ceder a las marcas personales
como desertar en medio de un espejo blanco
o invertir la esperanza en vez de redimirla
Eve Arroyo
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