Qué asoma la madrugada
sobre laberintos mustios.
Qué día perpetua lontananzas
si un suspiro evade la nostalgia del azul.
El cielo austero envidia la pollera
que duerme en la silla
-en la almohada descansan sueños-
Ella observa guirnaldas de ilusiones
que mecen estrellas a lo lejos.
Qué respira la fragancia
del sudor inexistente
si al tantear sus manos
ásperas el sol enmudece.
Allí está al borde de la huella
sumida en amores que no fueron.
Ve amanecer. Con lúgubre sonrisa
besa el rocío en despedida.
Elisabet Cincotta
derechos de autor reservados
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Hermoso Poema. Besos. Magda
ResponderEliminarMuy hermoso poema.
ResponderEliminarCon cariño
Mari
Hola! Felicidades!!! es un escrito real mente Hermoso* me gusto mucho, hasta pronto.
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