compré en la noche adicta carne y ser;
velas que hurtaron el amanecer;
y palabras que mienten, delincuentes.
Si fui un hijo ahogado en la laguna,
y el tamiz del honrado que camina;
fui de arena la mano que aniquila,
y del hombre, la sed y la fortuna.
¿Qué me disteis?: ¿un grito en la apariencia?,
¿la pasión que se mima con objetos
y el oscuro latir de la conciencia?
Tan sólo rabia y mal, ¡cerco!, ¡esqueletos!
Me disteis de comer en convivencia:
un número… y el llanto de los guetos.
Moisés Cañizares
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Muy bueno el poema, una genialidad lo del llanto de los guetos.
ResponderEliminarUn apunte a los que hacen la antología literaria, este poeta no se llama Cañizales se llama Cañizares.
Un abrazo
Hola agradezco mucho
ResponderEliminarque me hayan anexado a la antología.
Ha sido una muy grata sorpresa
y una gran ayuda en mi arduo camino
por salir del anonimato.
Gracias también al anónimo del comentario
y a los que les ha gustado mi trabajo
y han votado muy bueno.
Reciban un cordial saludo.
Moisés Cañizares Jiménez