Sobrio y parco en palabras
como un solitario amanecer
hablándole a la tarde, me has dicho:
Otro beso y hasta mañana,
te tengo presente en mis sueños.
Como todos los otros, dentro de tu caparazón
como un náufrago a su isla, me escribes.
Temes la tormenta, el aroma de mi pelo
surcándome con tus dedos huéspedes libres.
Frío como el mármol, una estatua.
Deslizas tus sueños sobre nosotros. La utopía.
Insensible y distante me piensas. Un verso.
Temo tu poesía cuando soy tu poema,
siempre me duele donde me lleva tu distancia.
Me sueltas al vacío, llenándome de lluvia.
El deseo es la soga que me sostiene
Amparo Peris
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