
deberé desnudar mi piel de otoños exiliados,
volver a esa noche subterránea,
a la gemotría de tus ojos
intentando cobijar otros sueños.
Te sigo sin rumbo,
por ese puerto fantasma que hoy te niega
allí, donde amarro mis horas
que no florecerán a tiempo.
Porque estás en esa aurora que nunca viviremos,
en el abrazo inútil de muros vacíos,
de gestos desteñidos
anunciando otros nombres.
Mi ruego estéril
enmudece en tus manos,
excava mis recuerdos
circundando lunas que pesan sobre mí
y cuando llegue el día, tal vez mi sombra muera
con tu doble silencio...
Maria del Carmen Ruiz R (poema de mi autoría publicado en ANGELES DE SOBREMESA)
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