En un frío rincón de mi tapera
negra rata me mira fijamente;
yo la miro, y pienso tristemente
de mi fatal pobreza ¿Ella qué espera?

Qué busca en mi cotarro la matrera
si la tristeza nos cubre eternamente.
La soledad nos une firmemente
y el hambre de los dos es compañera.

Sus ojillos se burlan de mi suerte.
Yo la detesto y le deseo la muerte…
Quiero  que en su  covacha ella sucumba

y que se hunda  en el profundo averno,
que al cubrir mi vida el frío invierno
yo marcharé también  hacia la tumba.

 Antonio Marín

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