INTERIORES

En montos significativos
el dinero
encuentra obstaculizado
su acceso hasta mí

En un arranque
neurasténico
el dinero
me presentó su renuncia
la cual no acepté

Se me da en cuentagotas
el dinero

Él gozaría dándoseme
sin retaceos
pero se ve que soy un bruto
y que a mi pesar
algo goza en mi interior


histéricamente
frustrándolo
y acrecentando su desasosegante
anhelo de dárseme

En medio de todo este involuntario retorcimiento
no cuento yo ni siquiera con el resignado paradigma:
“Pobre
pero honrado”.

Rolando Revagliatti
 
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