Llévame a Cuba



Llévame, y no pidas permiso,

por las anchas plazas de La Habana

Al anochecer, en la Alameda de Paula

contemplaremos la negra manta del océano.


Muta así mi sentir, en tu Cuba,

al de la osada ninfa de mi juventud.

Bañados por la luna en el Paseo del Prado,

o retozando en las cálidas aguas del Atlántico.


Sin miedo alguno a mi indecisión

aléjame de la dictadura del desencanto.

Y convierte en floridas primaveras

todos los inviernos que te debo.


Importando sensaciones del sur,

son tus ojos cristales isleños a tornasol.

Y está el añejo ron de tu boca

exportando mareas tropicales a mi cuerpo.


A gastos pagados por tu sonrisa,

pensión completa bajo el cañaveral,

ámame firme y dulce, lléname de vida.

Contigo viva, contigo en Cuba



Pulsay
pulsayblog@gmail.com


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