Amparito, enciendes presuntuosa,
la ilusión dulce de juventud,
divino hechizo, que en plenitud,
dentro de mi corazón, reposa
En el abrazo de un sentimiento,
que arrulla la dicha anticipada,
un suspiro tierno, en la escapada,
quiere eclipsar, mi albo pensamiento.
Eras mi resumen de universo
donde mi personalidad oía,
cantar a Orfeo, con un solo verso.
secretos míos ¡yo lo sabía!
Hesiodo imaginaba en reverso.
pues se que desde antes te quería.
Rafael Mérida Cruz Lascano
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